La Escuela de Cocina Macrobiótica Gran Vida es un proyecto dirigido a todos los públicos, y en especial, a aquellas personas que quieran mejorar su salud y bienestar. Basados en tradiciones milenarias, los fundamentos de la macrobiótica no solo se definen como una simple dieta o un recurso dónde acudir cuando se vive un proceso de enfermedad, sino que son una forma de entender la VIDA , y hablando de alimentación se presenta como una opción de equilibrio y vitalidad.
Mi nombre es Amanda, soy una apasionada de la cocina natural y tengo la inmensa suerte de poder trabajar en mi pasión.
Para que me conozcáis un poco más, voy a contaros como llegué a decidirme a realizar este ilusionante proyecto de cocina macrobiótica.
Para ello tengo que remontarme a mi infancia, pues ya en aquella época me llamaba la atención la cocina, la huerta y todo lo que tuviera que ver con los procesos que rodean la obtención y transformación de los alimentos.
Años después, cuando tuve que decidirme por estudiar una carrera universitaria, opté por realizar Ingeniería Técnica Agrícola y cursando aquellas asignaturas aprendí múltiples y variados conocimientos técnicos y teóricos.
Sin embargo, a mí lo que me gustaba era meter las manos en la tierra y prepararla para sembrar, cuidarla y recolectar después el trabajo realizado.
Así que aprovechaba todos los veranos para realizar voluntariados en huertas ecológicas en diferentes lugares de la geografía española y en el extranjero.
De esta manera, aquellas experiencias me dieron la oportunidad de conocer a personas de diferentes lugares y compartir con ellos momentos únicos y especiales en la cocina y alrededor de la mesa donde hacíamos un rico intercambio de costumbres gastronómicas.
Y en uno de aquellos veranos, tuve la oportunidad de trabajar en un restaurante macrobiótico en Florencia donde la cocinera había realizado largas estancias en Cusiné Santé aprendiendo sobre la cocina y filosofía de esta forma de vida. Ella me recomendó libros sobre el tema y quedé sorprendida y enamorada.
Y desde entonces, mi alimentación fue poco a poco transformándose y con ella también mi persona y mi forma de ver la vida y el mundo.
Asimismo, un tiempo después, viajé durante una larga temporada por Latinoamérica y pude disfrutar de sus gentes, sus paisajes y su rica y sabrosa gastronomía. Al mismo tiempo aprendía en sus cocinas a preparar platos tradicionales y la utilización de plantas medicinales como remedios naturales.
A mi regreso a España, no dude en comenzar mi formación como consultora macrobiótica en la Escuela de vida, en Madrid, donde durante tres años aprendí los fundamentos sobre Medicina Oriental y Alimentación Macrobiótica de la mano de grandes profesores y compañeros que compartían sin recelo sus valiosos conocimientos. Está circunstancia determinó un cambio más profundo en mi manera de vivir y de alimentarme.
Y en la actualidad, con el nacimiento de mi hija y el apoyo de mi familia, he decidido compartir y acercar lo que conozco sobre la cocina macrobiótica y natural con todos los que quieran entrar en nuestra acogedora cocina.